La riqueza del trabajo con escenas hace del Psicodrama un método privilegiado para acceder a lo que verdaderamente importa que son los fantasmas, las fantasías que se perciben bajo la gruesa capa de los problemas reales de las personas; las escenas latentes tras las escenas manifiestas. Dicho de otra manera, la escena manifiesta que se trabaja no es más que una carcasa, una excusa para que se pueda desplegar el psiquismo, el mundo fantasmático del paciente. Sus defensas predominantes, sus miedos, su manera de estar en el mundo, sus conflictos fundamentales. Es esa escena latente, latente porque late, flota en el desarrollo de la escena manifiesta, como todo el volumen del iceberg que se mantiene bajo el agua, lo que se busca en el trabajo terapéutico con escenas. El Psicodrama crea un espacio privilegiado, protegido, contenedor, para desplegar el mundo psíquico. Como un ágora donde se despliegan los fantasmas de cada uno. Y se pueden corporeizar, desdramatizar, jugar con ellos, aprender sobre uno mismo o ensayar nuevos roles.
Para ello es interesante repasar, sin ánimo de ser exhaustivos, diferentes tipos de escena que pueden realizarse. Desde las más básicas de presentación, hasta otras a partir de esculturas, etc. Desde un psicodrama horizontal, basado en escenas presentes hasta un psicodrama en el que se trae lo pasado al aquí y ahora (psicodrama vertical).
puedes descargarla aquí, pinchando en el enlace →TIPOS DE ESCENAS
Si quieres profundizar sobre el tema, puedes hacerlo pinchando en este enlace → ESCENAS (ampliación)
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