Calle de Alcántara, 45, 28006 Madrid

ATAQUES DE PÁNICO O ATAQUES DE ANSIEDAD

Los ataques de ansiedad o ataques de pánico consisten en una reacción de ansiedad muy intensa, una activación del organismo que puede darse en muy diversas situaciones, incluso en la cama durmiendo. Sus síntomas más comunes son la sensación de ahogo o dificultades para respirar, taquicardias, temblores, sudoración intensa, sensaciones de frío o de calor, parestesias (sensación de hormigueo), incluso náuseas y mareos.

Sudden chest pain: Man having a heart attack bending

 

Estos síntomas físicos suelen ir acompañados de pensamientos catastrofistas referidos a la posibilidad de morir en ese momento, tener un ataque al corazón o volverse loco. Nada de todo eso es posible en un ataque de pánico, pero son pensamientos que la persona tiene, especialmente en el primer ataque.

No es posible mantener una energía ilimitada, una intensidad laboral excesiva, una exigencia máxima durante años y pretender que no pase factura.

La duración es muy variable, pudiendo ser desde 5-10 min. hasta más de media hora. En muchas ocasiones aunque las sensaciones se atenúan y pasan, queda durante varias horas una sensación de malestar, nerviosismo o cansancio. Un problema añadido que suele sobrevenir y perpetuar el problema son las evitaciones que la persona empieza a hacer. Evitar lugares concurridos, ir a trabajar, ir por la calle, montar en determinados transportes pueden ser muy limitantes para la persona.

Es importante saber que los ataques de pánico, son la punta del iceberg de una manera de estar en el mundo, de afrontar el trabajo y de relacionarse. No es extraño encontrar en las personas que padecen este trastorno una manera de vivir frenética, autoexigencia elevada, perfeccionismo, muy centrados en el deber, trabajando un número de horas excesivo, o muy frecuentemente una actitud inconsciente de sacrificio y cuidado de otros, olvidando otras facetas como el autocuidado o el disfrute y la búsqueda de momentos y actividades placenteras. En casi todos los casos hay un nivel sostenido de tensión del que muchas veces la persona ya no es consciente o lo considera su estado habitual.

Desde Redintegra te podemos ayudar con sencillas técnicas de respiración, relajación, o cognitivas que te permitan desactivar los ataques, y obtener una sensación de control sobre tu cuerpo y tus sensaciones. Pero también atacando a la raíz de los problemas, a la parte profunda del iceberg, yendo a los miedos que ponen en marcha las ruedas de lo frenético.

No sufras más y ponte en contacto con nosotros. Empieza a cuidarte, tu salud y bienestar es lo más importante.