La terapia de grupo es un tipo de terapia en la que un psicoterapeuta dirige y facilita el encuentro de un grupo variable de personas. Suelen ser en este caso grupos pequeños de entre 5-10 personas que se reúnen semanalmente para recibir y darse ayuda.
La terapia de grupo tiene un sentido, y es que el enfermar se produce en grupo, en la relación con otros, en vínculos dolorosos que nos han influido y que a veces repetimos, con otras nuevas personas. Los grupos son muy valiosos porque los participantes sirven de espejo unos a otros, de modelo y los éxitos de unos/as son éxitos de todos/as.
La terapia de grupo ayuda a las personas a conocerse mejor y mejorar la capacidad de relacionarse. El propio grupo es un gran motivador para el cambio. Y permite a cada participante no solo estar colocado en el rol de persona necesitada de ayuda, si no que puede ser un catalizador para el cambio de los demás, es decir ser también ayuda para otras personas.
Por otro lado las técnicas psicodramáticas, de acción, juego y representación ayudan a corporeizar los conflictos, conflictos internos pueden “jugarse” y expresarse de una manera tridimensional no sólo con la palabra si no desde lo corporal. El psicodrama en ese sentido es una herramienta muy útil y catalizadora que ayuda a la des-dramatización de los conflictos, (ah, no soy tan bicho raro como creía).
En general la terapia de grupo enfocada activamente a través del juego y la acción constituye la oportunidad de sacar fuera de uno, al espacio grupal, los conflictos y dificultades internas, para poder manejarlas, analizarlas y aprender de ellas. Es una oportunidad de poner el mundo psíquico de la persona, fuera de la ella para observar nuestros personajes internos, los inter-juegos que nos atrapan, los personajes que negamos, las barreras y miedos. Y en ese manejo, poder recibir del grupo, poder jugar nuestros roles deseados o los que nos atemorizan y también explorar y buscar alternativas que ayuden al cambio.