Según datos de un estudio de Escartin en 2012, más del 15% de la población activa en España sufren de acoso laboral de algún tipo.
Hoy en día hay tanto miedo a perder el trabajo por la falta de otras oportunidades, que muchas personas se ven soportando cosas, que en otras circunstancias, no harían.
Cuando un trabajador siente que sus compañeros le hacen el vacío, recibe humillaciones, insultos, gritos u otras faltas de respeto, cuando se siente controlado más de la cuenta y no paran de repetirle sus errores, si va al trabajo cada día con miedo a que le pueden a hacer… seguramente su nivel de malestar es difícil de soportar.
Pero además, esto se empeora porque el acoso mantenido, por un grupo a un individuo, suele generar indefensión, es decir la sensación de no poder hacer nada por defenderse, de sentirse atrapado y sin salida, porque el acoso va restando recursos y debilitando la autoestima.
Las personas acosadas incluso pueden llegar a creer más las opiniones del grupo que las suyas propias, perdiendo su propio criterio e incluso pensando que se merecen el maltrato que reciben.
Algunos aspectos a tratar son:
- Aprender a poner límites.
- Restablecer la confianza.
- Trabajar la capacidad de defenderse.
- Restaurar los criterios de realidad.
- Reforzar los derechos básicos de respeto.
- Conectar con la sensación de valía.
- Recuperar la sensación de que nuestras vidas nos pertenecen.
Si la situación termina, pero la persona siente que pasan los meses y el miedo, la inseguridad, la culpa o cualquier otra manifestación permanecen, es útil pedir ayuda profesional, para poder recolocar lo vivido, recuperar habilidades debilitadas y potenciar nuevos recursos útiles en nuevas circunstancias.